Las notas de inspiración de este invierno comienzan en un tren que se acerca a la estación de Moscú y que circula en paralelo al que 200 años antes depositara una cándida Anna Karenina a punto de ser interceptada por el amor más apasionado y prohibido.
Una joven Manuela, ávida de aprender sobre el Realismo ruso, vivirá en sus carnes la intensidad de otro amor con pinceladas tolstonianas, y nos invitará a bailar junto a ella los compases que inspiraron su invierno ruso.
Sedas y terciopelos visten los Paisley e Ikats que se erigen en protagonistas de los bailes de salón y en ellos se entremezclan bellas tonalidades de rojos, rosas, terracotas, azules y mostazas. El resultado es un invierno intenso, elegante, atrevido y pasional.
Manuela vuelve a emprender un viaje a través de nuevos objetos, esta vez con la Rusia imperial como telón de fondo. Su corazón no abandona África, porque sigue estando presente y reeditada en nuevos diseños étnicos con la aparición de nuevos animales y despertares.
La porcelana de Limoges sigue sumando piezas, tanto en vajilla como en objetos de decoración. Esta temporada se incorporan el tigre, el león y el Ikat.
Con Anna Karenina como abanderada volvemos a inspirarnos en la mujer y en su lucha por encontrar su lugar en una sociedad anclada en viejas costumbres.